domingo, 5 de agosto de 2012

INTENTO DESESPERADO

Obsesionado con borrar las marcas que tenía, lavó una y otra vez su cuerpo con desesperación. Sentir el agua no bastaba, necesitaba frotar con intensidad hasta sangrar. Itentó en vano liberarse del pasado, incluso al precio de autolastimarse. Sin otro resultado mas que el dolor y la vergüenza, comprendió que de nada le valía la obsesión de quitar sus rayas. Sería tigre toda la vida.


                                                                                        (C) Miriam Frontalini

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