En un jardín sucumbe la mirada del hombre.
Descanza entre el verde vida para alcanzar ser brote.
Después de la muerte, de la renuncia,
del despojo de la soberbia;
entrevista a su ego negándole la voz,
como una forma legítima
de ponerle los puntos al uno mismo
y permitir resurgir lo social en un solo cuerpo.
raiz, tallo y hojas priorizan la historia del momento
en que, como hombre decide,
ser parte del mundo real e imaginario
que es suyo, pero que no creó.
Miriam Frontalini.
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