Desearía que vieras las cosas como yo las veo.
Que veas las flores con sus delicados vestidos llenando de perfume los sentidos y atrayendo las más extravagantes mariposas.
Que veas como aquel hombre corre a los tropezones porque su perro no deja de jalar la correa. Seguro eso te haría sonreir.
Ver el cielo, el sol, resplandeciendo orgulloso de lo que su calor hace posible.
Ver la felicidad de esos jóvenes que están jugando, un poco más allá de dónde estamos, a las atrapaditas. La niña tiene en su mejilla un oyuelo casi imperceptible y su amigo corre haciendo espamentos para atraparla, pero cuando ella se descuida, se para y se queda quieto para darle ventaja.
Deseo que veas la vida que se mueve al compás de las copas de los árboles entre los que el viento juega carreritas.
Te deseo que tus ojos tengan la capacidad de mirar por donde van tus pies pues incluso el barro milenario no fue puesto ahí para ensuciar tus suelas sino para que sepas que este suelo te pertenece porque en él estás parado.
Deseo que no te pierdas de disfrutar los cantos de las aves, el murmullo del agua, la charla de la gente, las caricias y los besos.
Deseo que no sufras.
Deseo que tus ojos te hagan feliz.
Deseo que tus ojos estén en tu corazón.
Deseo que me ayudes a ser tus ojos.
Deseo que mi ayuda te sea valiosa.
Después de todo estoy convencido que, si me llaman lazarillo, es porque soy el instrumento que Dios puso en tu camino para que puedas lazar lo maravilloso de la creación.
Deseo que veas la vida que se mueve al compás de las copas de los árboles entre los que el viento juega carreritas.
Te deseo que tus ojos tengan la capacidad de mirar por donde van tus pies pues incluso el barro milenario no fue puesto ahí para ensuciar tus suelas sino para que sepas que este suelo te pertenece porque en él estás parado.
Deseo que no te pierdas de disfrutar los cantos de las aves, el murmullo del agua, la charla de la gente, las caricias y los besos.
Deseo que no sufras.
Deseo que tus ojos te hagan feliz.
Deseo que tus ojos estén en tu corazón.
Deseo que me ayudes a ser tus ojos.
Deseo que mi ayuda te sea valiosa.
Después de todo estoy convencido que, si me llaman lazarillo, es porque soy el instrumento que Dios puso en tu camino para que puedas lazar lo maravilloso de la creación.
©Miriam Frontalini.
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