domingo, 3 de enero de 2016

JAQUE MATE

   -¿Te preguntaste alguna vez por qué, siendo la dama dueña de todos los movimientos, es el rey el objetivo del juego?-. Malena terminó su pregunta mientras hacía un enroque con las blancas. Del otro lado del tablero Martín la miraba en silencio. Movió el alfil y soltó un “te toca” algo ronco.
   -¡Epa! Corrés como nenita. ¿Te acordás Martín? Como nenita. Corrés, llorás, te escondés. Todo como nenita. Porque las mujeres hacemos todo mal ¿No?- Malena apretó un puño y arremetió con la dama. Levantó la ceja en señal desafiante. -¿y ahora?-.
   Un poco pálido y algo sudado él intentó contraatacar como modo de defenderse.
   -No te vas a librar de esta, Puta-
   -¿Puta? Puta, yegua, perra ¿qué más? ¿Qué otro nombre me vas a poner? Ahorrate las palabras que te van quedando pocos peones para manipular.-
   Las piezas iban cayendo una a una como las gotas de sangre. El juego que había empezado hace tiempo con un “te amo” se desenvolvió en el living cargado del terror que las paredes habían presenciado.
   Martín despertó mareado de una siesta narcoléptica. Malena tenía todo preparado, porque si algunos sirven la venganza en bandeja, ella la había dispuesto en un tablero de casillas blancas y negras. Una pieza, una puñalada.
   -Jaque mate- dijo sonriendo y el rey negro terminó su reinado de golpes y martirios.
Malena también sangraba, moriría luego, porque de este tipo de desamores nadie sale vivo.


                                                              Miriam Frontalini (C)

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